Sin sal!

Vivo, respiro, muero
como morir de amor,
de desconsuelo…

Reposo en un rincón
sola, sin ruido, sin razón
vacía, inerte, pálida
sin llanto, porque las lagrimas
ya no corren…

Se secaron mis ojos
Como se secan las palmeras,
descuidadas,
cargando sol y sal

Sin sal!
Que cierra las heridas,
que conserva la conciencia,
que sazona la piel…
sin paladar
sin boca ni palabra
sin sonido…

Mi cuerpo sordo, inmóvil
vacante sin vida!
Levita!
Buscando azúcar
para enmielarlo, para embriagarlo,
para con Tafia lograr borrar
todo recuerdo enmohecido,
adherido a mi inconciente…
Y subsistir en mi presente…

Issa Perez Padilla
1 de septiembre 2008