Me gusta la seducción de tu mirada y tus palabras atenuantes,
me gusta la seducción de tus manos sigilosas,
con pequeñas paradas y leves temblores,
con la mente en blanco y los labios satisfechos.
Me gusta amanecer con los ojos cerrados y los poros abiertos,
me gusta amanecer en silencio y en paz,
con esas ganas complicadas y la sonrisa en la mirada,
con la mente en blanco y los labios satisfechos.
Me gusta agradecer el arte que crearon tus besos y tus suspiros,
me gusta agradecer la complicidad que solo nuestros cuerpos unidos dan,
con esos instantes incómodos y sublimes,
con la mente en blanco y los labios satisfechos.
***Inspiración que surge en una charla con mi buena amiga Lucia Samayoa.