Hoy tengo una de esas pato-aventuras. Sí, una historia de esas que nos hacen reír por un buen rato, que no se nos borran tan fácilmente, que disfrutamos, o no en el momento, pero al regresar a los hechos nos producen una mil carcajadas… eso fue lo que nos pasó a mi madre y a mi el día de hoy…
Luego de haberme irradiado de buena vibra en el almuerzo con la visita de una de mis grandes amigas y habernos matado de la risa de las ocurrencias del sexo opuesto, decidimos, mi madre y yo, salir hacer unas diligencias y compartir un cafecito mientras nos matábamos de la risa por unas cuantas cosas que recordábamos de un viaje que acabamos de hacer. Como siempre revivíamos las ocurrencias y actuaciones de los "Niños grandes" (o sea hombres: papas, hermanos, novios, cuates, conectes, etc…) que nosotras siempre tenemos que evaluar antes de morir… ya sea de risa o de bilis… esta vez también fue de risa…
Regresábamos muertas de la risa cuando mi madre trata de abrir la puerta de entrada y se me queda viendo con cara de "yo no fui" yo muy calmada le dije:
-que paso?
--No sé, se quebró la llave… se quedo la mitad de la llave adentro
-oops pensé! Ya que un amigo había quedado de venir… pues ni modo lo recibiré en la calle jajjaj empezamos a reírnos de nuevo…
--y que hacemos?
-Algún vecino que nos ayude o llamar a un cerrajero… pero son casi las
7:00pm.
Luego de divagar y descartar todas las alternativas que teníamos a la mano: romper la chapa, arruinar la puerta de madera, irnos a dormir a la antigua y hasta la llamada de un amigo que me ofreció un barreno (por cierto Tks)… mejor decidimos molestar a nuestros vecinos y que nos dejaran entrar por su balcón ya que mi casa está más cerrada que el preventivo de la
zona 18… por eso, precisamente por el ladronismo … que en lugar que los encierren a ellos nos encerramos nosotros… en fin…
Nos prestaron una escalera y ahí estaba yo, cual gatotigre en plena noche, con unos tacones del tamaño de mi otro pie, un pantalón de vestir, una blusita sin mangas en fin… toda ladie que le dicen… pero había que salvar la noche o lo que quedaba de ella… como pude me agarre de un palo con una mano, de un ladrillo de la otra un pie en un pequeño agujero en la pared y el otro
en el aire…. Ufff lo logre! ya estaba del lado, el de mi casa… pero y ahora… que hacer si todo tenia llave pensé… las puertas balcones de hierro, todo es de madera… bueno lo menos costoso será quebrar uno de lo vidrios grandes, el del comedor, y por ahí hacer unas cuantas peripecias para al final meter un palo y poder girar el pica porte!
Toda una hazaña pero así lo hicimos listo! dos horas después de haber llegado, logramos entrar a nuestro dulce hogar, el comedor lleno de pedazos de vidrios de todos tamaños que se reflejaban en el piso blanco como pequeños arcoíris. Yo cansada, pero al ver esos pequeños destellos pensé que la descuartizada y
el tiempo gastado, no había sido del todo perdido, pues ahora teníamos algo más que nos unía con mi madre. Algo más, que podemos contar y nos hará soltar una sonrisa que no podremos quitarnos de encima por un buen tiempo… me senti toda una heroína!