Sus miedos sobre la epidermis
Laten al compás de sus pulsaciones:
Soñar estando despierto,
Alimentarse con un plato vacío,
Escuchar el eco de sus pensamientos,
Ver en blanco y negro,
Abrazar a la nada,
Morir en soledad...
Mi Piel te llamaba a gritos,
Mis ojos nublados
De lluvia salada que no podía resbalar
Estábamos solos, rodeados pero solos,
Podía escuchar hasta tu aliento,
Nuestros poros sincronizados por el deseo...
Pero mi paz era más fuerte.
No quise sufrir de nuevo
No quise despertarme sin calma,
Con ansias, sin fuerzas,
Angustiada por no tenerte
Por aceptar tus despojos
Tus pedazos “de amor” que me regalabas
Cuando no podías aguantarte…
Cansada de vencerme ante tus miradas,
Aceptando tus sobras “de amor”
Queriendo quererte cuando me quisieras
Esperando encenderte cuando yo quisiera.
Los nunca llegaron,
Pero duraron tan poco…
No te pude querer porque no me dejaste
Habían espacios ocupados
Que me vaciaron las ansias
De tenerte entre mis brazos de nuevo
Me dejaste sin fuerzas para creerte
Esa noche duró tan poco mi alegría
Como tan poco duró
Mi recuerdo de cuando te quise…
Quise retenerte diez días,
Diez minutos, diez segundos más…
No pude, tu conciencia y la mía estaban presentes,
El juego había terminado.
Solo quedaban sombras y recuerdos,
Mil palabras por decir,
Un reloj que se paró,
Una nota en blanco,
Mil mensajes inconclusos,
Mentiras dolorosas,
Y un par de dudas por resolver.
Solo quedaron las ganas y mil besos,
Dos lágrimas por salir,
Un quebranto profundo,
Una pausa en la razón,
Mil pensamientos desordenados,
Mentiras lacerantes,
Y un silencio total como despedida...