Como un roble te imagino
con tu corteza sangrando
por los hachazos de la envidia,
tu tronco fuerte
desgastado de tanto odio
tu ramas ya sin hojas
lastimadas de tanto
fuego y rencor…
Aun…fuerte, bello e ingenuo,
envolviendo con tus ramas la esperanza,
rodeando de luz y sombra
gritando que paren de talar…
Tus frutos… como dulces
alimentando con susurros de viento
inspirando con serenidad y conformidad
Guardando lamentos y sollozos
envolviéndolos en tus raíces,
brindando valor a los días buenos,
alejando los sombríos sin reproche…
Brindando mil silencios
diez mil alientos
y un solo secreto:
“Sin movernos, podemos volar”
Issa Perez Padilla
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