martes, 31 de enero de 2012

Si...



Solo deseo que la vida me entienda,
que tú me entiendas,
la vida es demasiado complicada
para complicarla más,
las verdades siguen siendo verdades,
si la las queremos creer es nuestro problema…

La mente maquiavélica nos apaga la vista
hinchiéndola de sombras y albures
que nos fosca la vista hasta dejarnos sin sentidos,
las ventanas dejan entrar al chiflón que nos congela la vida,
las palabras se tornan absurdas
llenas de miedos si, dejamos pasar el frió.

El amarnos vence los temores, si nos aceptamos
la paz viene acompañada de calor, si nos dejamos acariciar
la vida continua, si creemos,
los sueños se torna lúcidos, si nos dejamos llevar
la cordura aparece, si nos permitimos respirar un mismo aire,
         
                                         Si respiramos un mismo aire, reciclado…

lunes, 9 de enero de 2012

Veinte-Doce



Veinte lágrimas que nublan la vista
doce balas perdidas
veinte personas heridas
doce delincuentes que huyen
veinte minutos de tristeza
dos  oraciones al aire
veinte mamas que sufren,
doce esperanzas dormidas…

Guatemala y su delicioso caos, nos enciende y apaga
cada veinte minutos con  el sonido de las ambulancias
las noticias en la radio, su prensa amarillista,
y sus doce paisajes que nos dejan sin aliento,
agua, celajes, montañas, mar y tierra fértil, bajo un mismo cielo…

Veinte campanadas suenan a las doce del día
en algún pueblito lejano
nos recuerda a Dios y a la vida,
nos recuerda  a la música y a la muerte,
todo se va tejiendo en un mismo lugar,
belleza, pobreza,
miedos, sonrisas,
racismo, combate,
cumbia, sumisión,
poder, poesía…

La vida es un juego sin instrucciones,
sin vidas extras y sin un botón para rebobinar…
Tomemos  veinte minutos al día
para decir te quiero, para dar la mano,
el amor llenará nuestros brazos vacíos
y a nuestros bolsillos el trabajo.

Disfrutemos la vida que tenemos hoy,
en menos de doce segundos puede terminarse…
busquemos siempre veinte excusas para ayudar
para tener doce bendiciones por recibir.

Que este veinte-doce traiga más instantes de luz para regalar,
que la sombra se quede en el suelo,
mientras iluminemos el rostro de el de al lado
con doce sonrisas y veinte palabras de aliento.